Te llega un mensaje que parece del banco, de una institución o hasta de la municipalidad, donde te piden actualizar tus datos. Incluye un link para completar la información
Te llaman haciéndose pasar por el banco. Te dicen que hubo una transacción sospechosa y que necesitan confirmar datos.
Buscás tu banco en Google y entrás al primer resultado. La página parece real, pero no lo es. Al poner tus datos, te roban el dinero.
Alguien clona tu SIM y empieza a recibir tus mensajes. Con eso acceden a tus cuentas, cambian contraseñas o hacen transferencias.
Te ofrecen una inversión “segura” con ganancias rápidas. Después de transferir la plata, desaparecen.
Te llaman o escriben diciendo que un hijo, nieto o sobrino tuvo un accidente y necesita dinero urgente.
Te ofrecen un préstamo rápido y sin requisitos. Pagás comisiones o adelantos para “liberarlo”, pero la plata nunca llega.
...