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¿Cómo las emociones influyen en nuestras decisiones financieras?

María Laura Araya S.
June 19, 2025
La economía tradicional ha asumido por mucho tiempo que los seres humanos tomamos decisiones financieras maximizando nuestros recursos. Sin embargo, las investigaciones nos han demostrado que nuestras emociones juegan un papel clave en cómo gastamos, ahorramos e invertimos. ¿Cómo podemos aprender a ser conscientes?

La economía tradicional ha asumido por mucho tiempo que los seres humanos tomamos decisiones financieras maximizando nuestros recursos. Sin embargo, las investigaciones de Daniel Kahneman y Amos Tversky nos han demostrado lo contrario.

Desde la Economía Conductual, sabemos que nuestras emociones juegan un papel clave en cómo gastamos, ahorramos e invertimos. Esto se debe a que no somos robots: nuestra historia de vida, la comunidad en la que crecimos, las dinámicas familiares, las relaciones interpersonales, la profesión que elegimos y nuestras propias percepciones afectan la manera en que manejamos el dinero.

Decisiones financieras: más emoción de lo que creemos

Tomamos muchas decisiones financieras basándonos en el placer inmediato, sin analizar si realmente lo necesitamos o si estamos afectando nuestra estabilidad económica. Esto nos puede llevar a un consumo impulsivo y, en muchos casos, a endeudamiento excesivo, acumulación de intereses, manchas en el récord crediticio, deterioro de las relaciones familiares, distanciamiento de nuestros círculos sociales, dificultad para el cumplimiento de metas y limitaciones significativas en la construcción de nuestro proyecto de vida.

¿Cómo podemos aprender a ser conscientes?

Las emociones no son nuestras enemigas; al contrario, nos ayudan a motivarnos y a tomar acción. En lugar de ignorarlas, el secreto está en reconocerlas, identificarlas, valorarlas e incluso reconciliarnos con las que no son placenteras, pues también tienen una enseñanza para nosotros.

Una vez que aprendemos a ser conscientes de nuestras emociones podemos gestionarlas, de manera que sean equilibradas entre “lo que sentimos” y “lo que pensamos”, entre “el placer de ahora” y “el bienestar futuro”, entre “el gustito que me doy” y “lo que necesito”.

Algunas preguntas que podés hacerte antes de tomar una decisión financiera son:

✔️ ¿Estoy comprando esto por necesidad o por impulso?

✔️ ¿Cómo afecta esta decisión mi estabilidad financiera a largo plazo?

✔️ ¿Podría destinar este dinero a un objetivo más importante?

Reconciliarnos con nuestras emociones asociadas al consumo es clave para tomar decisiones financieras más responsables y asegurarnos una vida digna y un futuro pleno.

¿Qué opinás? ¿Has notado cómo tus emociones influyen en tu forma de manejar el dinero? Te leemos en los comentarios.

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